lunes, 31 de agosto de 2015

Los pontífices en Cuba

Publicado en la Sección Flash Internacional del diario El Nuevo Siglo, el domingo 30 de agosto de 2015.
Gran interés causa desde ya el viaje del Papa Francisco a Cuba, pues con el lema “Misionero de la Misericordia”, visitará La Habana, Holguín y Santiago de Cuba entre el 19 y el 22 de septiembre. Como bien se sabe, el Pontífice jugó un papel especial en el acercamiento entre Estados Unidos y Cuba, que tras medio siglo de ruptura diplomática, reabrieron sus respectivas embajadas el 20 de julio pasado.

A los católicos cubanos los ha inspirado mucho las palabras del Papa Francisco en la Evangelii Gaudium No. 85 “nadie puede emprender una lucha, si de antemano no confía plenamente en el triunfo” y, es que el triunfo de esta visita radica también en los acercamientos entre el gobierno de Obama y el de Castro y se abrirá en la isla el debate público sobre temas teológicos y filosóficos relacionados con la fe, la persona y la sociedad libre, aunque aún está por agendarse una posible cita con las denominadas “Damas de Blanco”, pues algo que sí se descartó, y con razón, fue la audiencia con el equipo negociador de las Farc expresó su deseo de reunirse con el papa Francisco, no obstante la expectativa que causó la reunión de la guerrilla con representantes de la Conferencia Episcopal de Colombia, su presidente,  monseñor Luis Augusto Castro; el secretario, el padre Darío Echeverri, y monseñor Nel Beltrán, aunque no se descarta alguna referencia al proceso de paz colombiano en alguna de sus homilías.

Entre los temas que se encuentran en la mesa, está la propuesta de “Cuba posible” para que sea beatificado el padre Félix Varela y Morales, a quien Juan Pablo II dedicó su encuentro con el mundo de la cultura en 1998, cuando dijo que pedía a los cubanos alcanzar una civilización de la justicia y de la solidaridad, de la libertad y de la verdad, una civilización del amor y de la paz que, como decía el Padre Varela, "sea la base del gran edificio de nuestra felicidad". 

Por su parte, el “Movimiento Democracia” pide que el pueblo sea escuchado y, en medios oficiales vaticanos, el Secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, Guzmán Carraquiry, dijo que el Papa va a Cuba "principalmente para confirmar la fe de los cubanos". Francisco oficiará la misa en la plaza de la Revolución de La Habana y a su derecha podrá ver a su izquierda el famoso retrato del Che Guevara y a su derecha el memorial de José Martí. Así mismo oficiará otras dos misas en Cuba, ambas en el oriente de la Isla: una en la Plaza de la Revolución de Holguín el 21 de septiembre y otra en la basílica de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona nacional.

La visita de Francisco fue antecedida por la del Papa emérito Benedicto XVI en 2012 y por la de San Juan Pablo II en 1998, cuando dijo de la isla la frase de Cristóbal Colón: “la tierra más hermosa que ojos humanos han visto”.

Benedicto XVI pidió a los cubanos que le dieran vigor a la fe y para que con las armas de la paz, el perdón y la comprensión, "luchen para construir una sociedad abierta y renovada, una sociedad mejor, más digna del hombre". También, dirigiéndose a los matrimonios, les exhortó a que la familia fundada en el matrimonio cumpliera en Cuba la altísima misión de ser célula fundamental de la sociedad y verdadera Iglesia doméstica, pues allí podrán ser ejemplo para sus hijos como "signo real y visible del amor de Cristo por la Iglesia".

El pontífice emérito expresó ante Raul Castro: "Vengo a Cuba como peregrino de la caridad, para confirmar a mis hermanos en la fe y alentarles en la esperanza", esa es la misma misión que han cumplido tantas personas, pues todavía quedan en la isla muchos aspectos en los que se puede y debe avanzar, especialmente por cuanto se refiere a la aportación imprescindible que la religión está llamada a desempeñar en el ámbito público de la sociedad cubana, pues no obstante que su Constitución garantiza "plena libertad religiosa" a todos los ciudadanos, aún dista mucho de ser real la letra del texto Superior.

En 1998, San Juan Pablo II, como “mensajero de la Verdad y de la Esperanza”, cumplió una visita de cinco días a Cuba y se pronunció por la “globalización de la solidaridad” y en contra del bloqueo económico, que solo hasta 2015 se ha incluido en la agenda internacional estadounidense.


Un antecedente de esta primera visita es el texto "Diálogos entre Juan Pablo II y Fidel Castro", un libro de cuatro capítulos casi profético que el hoy Papa Francisco escribió en 1998. El texto del por entonces obispo Bergoglio se centró en el magisterio de Juan Pablo II en Cuba (homilías, discursos, saludos) y se propuso subrayar dos aspectos: el dialogo no solo es posible sino también necesario, y si este diálogo es sincero y honrado dará frutos relevantes para todos; seguramente Francisco hará referencia a sus notas, pues allí resaltaba la amplitud de miras y el valor del Papa Wojtyla, y anticipaba que antes o después estos frutos llegarían, de lo cual ahora Francisco es testigo privilegiado, pues en su discurso de despedida Juan Pablo II afirmaba que en nuestros días, ninguna nación puede vivir aislada, ni privada de los vínculos con otros pueblos, lo cual es necesario para el desarrollo económico, social y cultural, para que esto no repercutiese en las dificultades de la población; sólo dieciocho años después se ve con Francisco una luz de esperanza, de libertad, de confianza recíproca, de justicia social y de paz duradera.

Distinción en la Sociedad Bolivariana de Colombia

La Junta Directiva de la Sociedad Bolivariana de Colombia, entidad académica fundada en 1924 con el propósito de honrar la memoria del Libertador Simón Bolívar, cuyo Presidente Honorario es el Presidente de la República, "en consideración a sus brillantes antecedentes y la importancia de su vida y trabajos en beneficio del país y amor a la patria", ha distinguido como Miembro Honorario al profesor doctor Hernán Olano, quien en el mes de agosto fue también honrado como Miembro de Número de la Academia Patriótica “Antonio Nariño” y Socio Activo de la Asociación de Periodistas de Boyacá.

miércoles, 26 de agosto de 2015

Agradecimiento del Manager de Ismael Cala

Querido Hernán,
Recibimos con gran alegría su correo. Felices de escuchar lo que ha disfrutado del libro.
"Un Buen Hijo de P" y "El Secreto del Bambú" ya está disponible a la venta en Colombia. Grupo Pentas de Colombia maneja la distribución en el país.
Le paso su email a Cala directamente.
Cordial saludo
Bruno.

La verdadera reforma a la justicia en Colombia Lo más importante es que a la judicatura lleguen juristas, no políticos parlanchines Por: john restrepo

Fuente: http://www.las2orillas.co/la-verdadera-reforma-la-justicia-en-colombia/

Llevamos muchos días escuchando propuestas normativas de reforma a la administración de justicia en Colombia. Reformas estructurales y proyectos paliativos que merodean intereses políticos. Que pueden estar revestidos de buenas intenciones pero que, de manera miope, pasan de largo sobre la esencia del problema. Cada una de esas propuestas ha fracasado de manera estrepitosa. Por vicios de procedimiento en su formación o por vicios materiales insubsanables. Y está bien que hayan fracasado. Era previsible. Porque si bien es cierto que la justicia en Colombia requiere una verdadera reforma, la esencia de dicha pretensión no pasa por el empoderamiento del ejecutivo en desmedro del judicial o por pugnas partidistas entre la bancada oficial y la oposición, que hacen de la búsqueda de la reforma a la administración de justicia un acto de venganza o una retaliación a título personal contra uno u otro funcionario.
La verdadera reforma a la administración de justicia no está condicionada a una norma, sino a la voluntad inequívoca y decidida de llevar a las más altas dignidades de la judicatura a juristas serios, rigurosos y de sólida formación académica. Juristas en el sentido pleno de la palabra. La verdadera reforma a la justicia, que tiene un altísimo componente político, requiere que a la judicatura lleguen juristas y no políticos. Juristas y no parlanchines. Estos juristas, por fortuna nuestra, son muchos y han presentado su hoja de vida académica a través de sus publicaciones, de sus reflexiones críticas, de sus notas de clase y de los memoriales que reposan en las carpetas de los juzgados donde adelantan sus procesos. Son doctrinantes, críticos, litigantes, docentes, decentes. Aptos y necesarios para recuperar la administración de justicia desde el fondo: pensado el derecho a través de sentencias y poniéndolo al servicio de la sociedad a la luz de la consideración básica del Estado social de derecho. Afincados a la supremacía de la Constitución y al respeto de los derechos fundamentales como consigna básica de un orden justo.
Juristas que recuperen el brillo de la institucionalidad a través de sentencias. La lista es amplia. Se me ocurre pensar en voz alta, lo mucho que podríamos avanzar hacia la verdadera administración de justica en Colombia si en las altas Cortes tuvieran asiento personajes de la talla académica y del compromiso constitucional de Bernardita Pérez, Érika Castro, Helena Alviar, Catalina Botero, Tulio Chinchilla, Hernán Olano, Martín Agudelo, Diego López, Rodrigo Uprimny, Alexey Julio, Fabián Marín, Carlos Bernal, Rodolfo Arango, Carlos Ballesteros, Vicente Ramírez, Gabriel Rojas, Manuel Quinche, Jorge Parra o Alonso Rico. Muchos de ellos han sido sistemáticamente postulados a las altas Cortes, y virtualmente nombrados, pero los intereses políticos han superado la vocación de reforma sustancial a la administración de justicia. Y sus nombramientos terminaron siendo una simple ilusión de que había algo de veracidad en el interés por lograr una reforma a la justicia que valiera la pena.
En su lugar, ha tomado en asalto a lo más alto de la judicatura, un grupo de abogados saqueadores de la institucionalidad. Ausentes, viajeros, indelicados, irresponsables. Inconscientes del valor social y moral que representan para la sociedad. Lejos, académica y éticamente, de la dignidad del cargo que ocupan y representan. Magistrados que se sostienen en su cargo como consecuencia de tutelas ajustadas a intereses personalísimos. Que dejan vacíos jurídicos en sus sentencias. Que proponen doctrinas comprehensivas del derecho para favorecer los intereses de su firma de abogados. Que abandonan el lugar de debate en la Sala plena de la corporación para acudir a los medios de comunicación a publicitar sus odios. Que han utilizado lo más alto de la judicatura para tutelar sus mega-pensiones o hacer trampolines hacia la vida electoral. Hechos por azar y no por mérito. Magistrados que ocupan el puesto de quienes merecen reemplazarlos para que la reforma a la administración de justicia sea verdadera, tenga sentido y se ajuste a lo que la Constitución contiene y la sociedad necesita.
jfrestr1@gmail.com

¿Congreso tricameral?


Mucho se ha discutido en estos días si la ratificación de los acuerdos de La Habana deberían darse a través de un “Congresito” u otra figura. Hace algún tiempo, un senador (hoy en día Ministro del Interior), proponía una constituyente como solución para cualquier otro tema de actualidad; lo mismo ha ocurrido con ministros de Estado y hasta con ex constituyentes. Sin embargo, la Constitución de 1991 dejó cerrada la puerta para que esta figura, pues aunque figura en el texto del ordenamiento Superior, no se deja a ningún conductor capacidad de maniobra, es decir, una Constituyente no posee dirección hidráulica, como quisieran los negociadores de La Habana.

La Constitución es norma superior pues es expresión la concreción de la voluntad del poder constituyente. La supremacía o supralegalidad de la Constitución depende de estos dos elementos: De la rigidez, pero también de su origen en el poder constituyente.

La Constitución es una norma marco para la Convivencia de todos los colombianos, no el mecanismo de expresión de todas las aspiraciones que hay en la sociedad, de tal forma que los proyectos de reforma deben ser expresión de aspiraciones de un amplio espectro social, no de intereses puntuales. La Constitución es una norma con pretensión de estabilidad y el constante “manoseo” que ha tenido con casi cuarenta reformas en casi 25 años, la crítica permanente a los representantes del Congreso mediante la presentación de proyectos de reformas, y ahora la iniciativa insurgente, lo que puede es crear en la opinión pública una sensación de inoperancia o de incorrección del texto Constitucional.

En el libro del profesor Antonio Barreto Rozo de la Universidad de los Andes, titulado “La Generación del Estado de Sitio. El juicio a la anormalidad institucional en la Asamblea Nacional Constituyente de 1991”, se lee en la segunda parte del tercer capítulo del último estado de sitio ante la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, efectuando un recuento de intervenciones de los delegatarios de diferentes partidos y movimientos políticos en torno a esa figura, hasta que se produjo un <blanqueo de normas>, ratificadas por el artículo 8 transitorio de la Carta y ratificadas por la Comisión Especial Legislativa, conocida  como <Congresito>, grupo de "idiotas útiles al servicio del jefe de Estado, para que él fuera el único en legislar, en desarrollo de la Carta Magna y en reemplazo del Congreso de la República...", como lo expresó Hernando Londoño Jiménez.


Eso al parecer es lo que se quiere, una tercera cámara congresional de bolsillo, con el nombre que sea, pero con el objetivo de buscar que antes de octubre surja una postulación al Premio Nobel de Paz.

Cuatro pontífices en la ONU

Coincidirá la próxima visita de Francisco a la ONU con la primera intervención de un Pontífice católico ante la Asamblea General de esa Organización. ¿Qué se espera de Francisco? Además de los temas comunes en su discurso: Los niños, los jóvenes, los ancianos, los desarraigados, la familia, hará mucho énfasis en el tema ambiental y con base en la Encíclica Laudato Sí instará a las naciones a proteger el planeta contra los dañinos efectos de los gases vertidos en nuestra atmósfera y para superar la crisis ecológica que está viviendo la humanidad, para lo cual, incluso proclamó el 1 de septiembre, para coincidir con la fecha que hace años tiene prevista la Iglesia Ortodoxa, una “Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación”. Así, ante la ONU, Francisco ratificará su “revolución valiente” para proteger el planeta del calentamiento global, de la destrucción sistemática y del consumismo.

Ya en mayo de 2014, Francisco se reunió en el Vaticano con Ban Ki-moon, a quien le pidió que Naciones Unidas promueva la justicia para la población en pobreza, así como una "movilización ética mundial" que acabe con las desigualdades y difunda un "ideal común de fraternidad y solidaridad".



El primer Pontífice en concurrir a la ONU fue Pablo VI el 4 de octubre de 1965, quien a instancia del Secretario General U Thant, manifestó que su intervención estaba investida a la vez de sencillez y de grandeza. “De sencillez, pues quien os habla es un hombre como vosotros; es vuestro hermano, y hasta uno de los más pequeños de entre vosotros, que representáis Estados soberanos, puesto que sólo está investido —si os place, consideradnos desde ese punto de vista— de una soberanía temporal minúscula y casi simbólica el mínimo necesario para estar en libertad de ejercer su misión espiritual y asegurar a quienes tratan con él, que es independiente de toda soberanía de este mundo. No tiene ningún poder temporal, ninguna ambición de entrar en competencia con vosotros. De hecho, no tenemos nada que pedir, ninguna cuestión que plantear; a lo sumo, un deseo que formular, un permiso que solicitar: el de poder serviros en lo que esté a nuestro alcance, con desinterés, humildad y amor”.

Pablo VI quería ratificar con su presencia el poder moral y político de la ONU, que además representa el camino obligado de la civilización moderna y de la paz mundial, la última esperanza de concordia y paz, pues allí se consagró el gran principio de que las relaciones entre los pueblos deben regularse por el derecho, la justicia, la razón, los tratados, y no por la fuerza, la arrogancia, la violencia, la guerra y ni siquiera, por el miedo o el engaño, trabajando por la fraternidad los unos con los otros.

Muy diplomáticamente, el Santo Padre citó las palabras de un gran desaparecido: John Kennedy, quien en 1961 había proclamado: «La humanidad deberá poner fin a la guerra, o la guerra será quien ponga fin a la humanidad». Se refirió también al derecho de los Estados pequeños de hacer parte de la ONU, del hambre, de la violencia, así como en la necesidad de asegurar a todo hombre una vida conforme a su dignidad y resumió todo en una frase: “el edificio de la civilización moderna debe levantarse sobre principios espirituales, los únicos capaces no sólo de sostenerlo, sino también de iluminarlo”.



Por su parte, San Juan Pablo II visitó por primera vez la ONU el 2 de octubre de 1979 y, ante el Secretario General Dr. Kurt Waldheim, señalando la función de la Santa Sede como Observador permanente en la Organización, recordando que los Pontífices Juan XXIII y Pablo VI miraban con confianza hacia esta importante Institución, como un signo elocuente y prometedor de nuestros tiempos.

Allí señaló que su intervención no era política, sino para hacer notar que la ONU une y asocia naciones y Estados. Une y asocia, y no ya divide ni contrapone: ella busca las vías de entendimiento y de colaboración pacífica, tratando, con los medios a su disposición y con los métodos posibles, de excluir la guerra, la división, y la recíproca destrucción de la gran familia, que es la humanidad actual y señaló que la ONU acepta y respeta la dimensión religioso-moral de los problemas humanos, de los cuales la Iglesia se ocupa, en virtud del mensaje de verdad y de amor que debe llevar al mundo, pues es esencial que nos encontremos en nombre del hombre tomado en su integridad, en toda la plenitud y multiforme riqueza de su existencia espiritual y material, como ya Juan Pablo II lo había expresado en su primera Encíclica, la Redemptor Hominis.

Expresó que las Naciones Unidas, su carácter universal, no puede dejar de ser el "forum", la alta tribuna, desde la que se valoran, en la verdad y en la justicia, todos los problemas del hombre, y que era necesario medir el progreso de la humanidad no sólo por el progreso de la ciencia y de la técnica, por encima del cual resalta toda la singularidad del hombre en relación con la naturaleza, sino al mismo tiempo y más aún por la primacía de los valores espirituales y por el progreso de la vida moral, a través de la definición, el reconocimiento y el respeto de los derechos inalienables de las personas y de las comunidades de los pueblos.

Frente al dolor de la Segunda Guerra Mundial, en el aniversario de su finalización, Juan Pablo II expresó que en su peregrinación como Pontífice a Polonia había visitado el campo de exterminio de Auschwitz, lugar tristemente conocido, cuyo recuerdo debería constituir una señal de alerta en los caminos de la humanidad contemporánea para hacer desaparecer de una vez para siempre todo tipo de campos de concentración en cualquier lugar de la tierra. Por tanto, debería desaparecer para siempre, de la vida de las naciones y de los Estados, todo lo que tiene relación con aquellas horribles experiencias, lo que bajo formas incluso distintas —es decir, de cualquier tipo de tortura y de opresión, tanto física como moral, ejercida con cualquier sistema, en cualquier lugar— es su continuación, fenómeno todavía más doloroso, si se efectúa con el pretexto de "seguridad" interna o de necesidad de conservar una paz aparente.

También se refirió a las formas de desigualdad en la posesión de los bienes materiales y en su disfrute, así como a las tensiones económicas existentes en cada país, en las relaciones entre los Estados e incluso entre continentes enteros, que llevan en sí elementos sustanciales que limitan o violan los derechos del hombre, como por ejemplo, la explotación en el trabajo y múltiples abusos contra la dignidad del hombre.

En este discurso, de corte netamente político, el Papa Polaco criticó el criterio de naturaleza hegemónica imperialista, que debería transformarse en el de naturaleza humanística, es decir, la verdadera capacidad de cada uno de reducir, frenar y eliminar al máximo las diversas formas de explotación del hombre y asegurarle, mediante el trabajo, no sólo la justa distribución de los bienes materiales indispensables, sino también una participación que corresponda a su dignidad , para evitar el abismo entre la minoría de los excesivamente ricos y la multitud de los miserables, que afectan también las diversas formas de injusticia en el campo del espíritu, que el Papa denominó la segunda clase de amenaza, seguida de una tercera: Los ataques a la libertad religiosa, que no pueden escudarse bajo el lema de ser “signo de los tiempos”, cerrando luego con una reflexión acerca de los niños en el mundo y la siguiente pregunta: ¿qué más se podría desear a cada nación y a toda la humanidad, a todos los niños del mundo si no un futuro mejor en el respeto de los derechos del hombre llegue a ser una realidad plena en las dimensiones del dos mil que se acerca?

El 5 de octubre de 1995, Juan Pablo II se dirigía por segunda vez a la Asamblea General de las Naciones Unidas, pidiéndole ser un centro moral para todas las naciones del mundo, expresando al Doctor Boutros Boutros-Ghali, la felicitación por los cincuenta años de la Organización, refiriéndose a las consecuencias que los cambios extraordinarios acaecidos en los años recientes tienen para el presente y el futuro de toda la humanidad en el umbral del nuevo milenio.

Hombres y mujeres afrontan restricciones a su libertad, que es la medida de la dignidad y de la grandeza del hombre, y por eso, refiriéndose al siglo XX, lo calificó como un siglo de constricción, el cual ha de dar paso a un siglo de persuasión, el XXI, donde debemos encontrar el camino para discutir, con un lenguaje comprensible y común el futuro del hombre; por eso condenó abiertamente el totalitarismo moderno, que ha sido, antes que nada, una agresión a la dignidad de la persona, una agresión que ha llegado incluso a la negación del valor inviolable de su vida: “Crímenes terribles fueron cometidos en nombre de doctrinas nefastas, que predicaban la "inferioridad" de algunas naciones y culturas”. Y hasta creó una definición para la "guerra fría": “Una situación de tensión internacional en la que la amenaza del holocausto nuclear estaba suspendida sobre la cabeza de la humanidad”.

Analizó también el problema de las nacionalidades, que aún hoy se sitúa en el horizonte mundial, pues, caracterizado por una fuerte "movilidad", hace los mismos confines étnico-culturales de los diversos pueblos cada vez menos definidos, debido al impulso de múltiples dinamismos como las migraciones, los medios de comunicación social y la mundialización de la economía, llamando sobre ese tema a una reflexión profunda a nivel antropológico y ético-jurídico, para que pueda protegerse también el “respeto por las diferencias”: “La realidad de la "diferencia" y la peculiaridad del "otro" pueden sentirse a veces como un peso, o incluso como una amenaza. El miedo a la "diferencia", alimentado por resentimientos de carácter histórico y exacerbado por las manipulaciones de personajes sin escrúpulos, puede llevar a la negación de la humanidad misma del "otro", con el resultado de que las personas entran en una espiral de violencia de la que nadie - ni siquiera los niños - se libra”; ese miedo a la diferencia ha conducido a una verdadera pesadilla de violencia y de terror.

También criticó el utilitarismo, doctrina que define la moralidad no con base en lo que es bueno sino con base en lo que aporta una ventaja, sea una amenaza a la libertad de los individuos y de las naciones, e impida la construcción de una verdadera cultura de la libertad. El utilitarismo y sus negativas consecuencias políticas que inspiran un nacionalismo agresivo, con base en el cual someter una nación más pequeña o más débil es considerado como un bien simplemente porque responde a los intereses nacionales fue una característica notoria de las relaciones entre el "Norte" y el "Sur" del mundo, razón por la cual pidió que en el panorama económico internacional se impusiera la cooperación internacional y un ética de la solidaridad, si se quiere que la participación, el crecimiento económico, y una justa distribución de los bienes caractericen el futuro de la humanidad. Pero, más allá del miedo por la imposición de estos obstáculos, Juan Pablo II proclamó en esta segunda intervención “la civilización del amor”, en su condición de testigo de la dignidad del hombre, testigo de esperanza, testigo de la convicción de que el destino de cada nación está en las manos de la Providencia misericordiosa y con un mensaje profundo: Debemos vencer nuestro miedo del futuro, frase muy unida a su primer discurso el día de su elección: ¡¡No tengáis miedo¡¡



Siguiendo los pasos de sus predecesores, Pablo VI y Juan Pablo II, el 18 de abril de 2008 Benedicto XVI intervino en la Asamblea General de las Naciones Unidas, y allí ofreció al mundo sus argumentos para una fundamentación antropológica y ética de los derechos humanos y sobre los riesgos de no reconocerlos. Destacó el concepto de familia de naciones, que ya explicara su predecesor desde la misma tribuna, en 1995 y dijo que los ideales que subyacen en las relaciones internacionales: el deseo de la paz, la búsqueda de la justicia, el respeto de la dignidad de la persona, la cooperación y la asistencia humanitaria. 

Benedicto XVI partía de la convicción de que los problemas y conflictos relativos a la comunidad mundial pueden someterse a una reglamentación común que se concreta, por un lado, en algunas reglas internacionales vinculantes, y por otro en estructuras capaces de armonizar el desarrollo cotidiano de la vida de los pueblos. Tanto unas como las otras «están intrínsecamente ordenadas a promover el bien común y, por tanto, a defender la libertad humana, que es una parte fundamental de ese bien común». El derecho se erige, de este modo, en condición de posibilidad de un justo orden internacional. Sólo así podrá guiar a la humanidad hacia el futuro.

El Papa denunció que la obligatoriedad de los derechos humanos se ve frecuentemente desatendida desde una perspectiva utilitarista, que intenta privarlos de su verdadera función, que excluyen la posibilidad de un orden social respetuoso de la dignidad y los derechos de la persona.

Cuatro pontífices y cinco intervenciones, sobre las cuales, el balance es que gran parte de la humanidad continúa "excluida de los beneficios del progreso" y es "relegada a seres de segunda categoría”.

martes, 11 de agosto de 2015

El Gran Canciller de la Universidad de La Sabana en Colombia


Desde el 10 hasta el próximo 16 de agosto visita Colombia Monseñor Javier Echevarría, Obispo Prelado del Opus Dei, quien desde 2001 no venía a Colombia.  Echavarría es además el Gran Canciller de la Universidad de La Sabana, aunque su título no se traduce en una responsabilidad de gobierno ni gestión en esa Institución, sino que destaca su papel de buen pastor, que ora por la Universidad y su comunidad académica, y vela para que los fines fundacionales se desarrollen siempre en un ambiente de respeto a la libertad de las conciencias y en conformidad con los principios de la doctrina cristiana-católica.

El Obispo es doctor en Derecho Civil y en Derecho Canónico, éste último por la Universidad Santo Tomás de Aquino <Angelicum> de Roma. Fue ordenado sacerdote hace sesenta años, el 7 de agosto de 1955, celebrando actualmente las bodas de diamante de su vocación sacerdotal. Don Javier colaboró estrechamente con san Josemaría Escrivá de Balaguer, de quien fue secretario desde 1953 hasta su muerte, en 1975. Es miembro del Consejo General del Opus Dei desde 1966.

En 1975, cuando el Beato Álvaro del Portillo sucedió a san Josemaría al frente del Opus Dei, Monseñor Javier Echevarría fue nombrado Secretario General. En 1982, con la erección del Opus Dei en prelatura personal, pasó a ser Vicario General de la Prelatura, cargo que hoy en día ocupa el prelado argentino Mariano Fazio.

Echavarría es miembro de la Congregación para las Causas de los Santos y del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica. Ha participado en la Asamblea General del Sínodo de los Obispos sobre América (1997) y Europa (1999), así como en la Asamblea General ordinaria de 2001 y de 2005.

Tras su elección y nombramiento por Juan Pablo II como prelado del Opus Dei, el 20 de abril de 1994, recibió de manos de Su Santidad la ordenación episcopal, el 6 de enero de 1995, en la basílica de San Pedro, como Obispo Titular de Cibilia, distinción que en su momento tuvo el Arzobispo emérito de Bucaramanga, Monseñor Víctor Manuel López Forero.

Es autor de libros de espiritualidad como Memoria del beato Josemaría, Itinerarios de vida cristiana, Para servir a la Iglesia", Getsemaní, Eucaristía y vida cristiana y Vivir la Santa Misa.

Por cientos de miles de fieles, cooperadores y amigos de la Prelatura, Monseñor Echevarría es más conocido como el Padre, denominación cariñosa que responde, no tanto a su condición sacerdotal, cuanto a la paternidad espiritual propia de quienes han hecho cabeza en la Prelatura.


Este nuevo viaje de Monseñor Echevarría traerá grandes bienes, alegrías y dará impulso a muchas tareas apostólicas y pastorales.

Mohamed VI y Colombia


Con ocasión del decimosexto aniversario de la entronización de Su Majestad el Rey Mohammed VI en el trono de Marruecos, bien vale la pena analizar que bajo la dirección de Su Majestad el Rey, durante estos últimos años, se ha podido superar etapas importantes en materia de democratización y de derechos humanos y de desarrollo económico.

En los últimos años, la economía de Marruecos se ha caracterizado por una estabilidad macroeconómica unida a una baja inflación. El crecimiento económico fue dinámico en 2013 (5%), y luego bajó en 2014 (3,5%), principalmente por la baja de los rendimientos agrícolas. No obstante, la economía es sólida, basada en las exportaciones, el auge de las inversiones privadas y el turismo (10% del PIB). El crecimiento debiera aumentar en 2015, estimulado por la actividad manufacturera y los servicios.

La Constitución política, adoptada por referendo en julio de 2011, constituyó un importante paso para consolidar el proceso de democratización de Marruecos y del afianzamiento como Estado de Derecho, no obstante que ha sido golpeado por la crisis de la zona euro.

La política de austeridad actual busca reducir el déficit público, y se ha previsto una reforma del IVA en 2015. Marruecos también debe reformar el sistema de jubilaciones, actualmente deficitario. Sin embargo, el proyecto para aplazar la edad de jubilación generó movilizaciones en octubre del año anterior.

La Constitución de 2011 consagra los derechos de las minorías y subraya de manera formal, la diversidad de su identidad nacional-arabo-islámica, amazish (berber), saharo-hassanía, andaluza y mediterránea.

Múltiples obras se han efectuado en el ámbito institucional con la inserción de un responsable ante el Parlamento y con independencia del poder judicial, ese Primer ministro, Abdelilah Benkirane del Partido de la Justicia y del Desarrollo, adquirió desde 2011 el rango de jefe de gobierno y preside con este título el Consejo de gobierno, pero el Consejo de ministros sigue siendo presidido por el rey. El Rey, Amir al Mouminine (Comendador de los Creyentes), mantiene sus poderes en el ámbito religioso, lo cual ha permitido a Marruecos permanecer al abrigo de los movimientos radicales que conocen muchos países árabes, siendo un oasis, un verdadero refugio de paz y estabilidad en la región.

Dada la riqueza del suelo marroquí, el sector agrícola es el predominante en el país: 40% de la población activa trabaja en este sector que representa cerca de 15% del PIB. Cereales, frutas y verduras son los principales cultivos. El crecimiento económico depende excesivamente de este sector. Adicionalmente, el crecimiento en Marruecos se encuentra alrededor del 4%, dando al desarrollo industrial un lugar cada vez mayor, aunque la industria contribuye con casi 30% del PIB, gracias al sector textil, los productos de cuero, el procesamiento de alimentos, el refinado de petróleo y los montajes electrónicos. Al mismo tiempo, hay nuevos sectores en pleno auge que tratan de reducir la dependencia del reino respecto al sector agrícola: industria química, automoción, informática, electrónica, la exportación de vehículos, de componentes de aviones, además de una próspera industria de procesamiento.

Grandes esfuerzos se han desplegado en el sector social para luchar contra la precariedad, e igualmente, se adelantan grandes obras de construcción en los sectores más importantes, razón por la cual, Marruecos continúa atrayendo grandes inversiones extranjeras.

En cuanto a sus relaciones con Colombia, éstas registrado una evolución positiva, consagrada con la apertura de una Embajada de Colombia en Marruecos. Importantes encuentros e intercambios de visitas entre los responsables de ambos países se prosiguen. Y Colombia sigue siendo un aliado principal de Marruecos en esta zona, ya que es un país prioritario para la estrategia de cooperación integral en seguridad de Colombia para los países de África Occidental en materia de lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado. Así mismo, se han desplegado grandes esfuerzos para promover la cooperación económica y el intercambio comercial entre los dos países con el Acuerdo de Cooperación Turística, marzo de 2000; el Acuerdo supresión de visas para Pasaportes Diplomáticos, Oficiales y de Servicio de 1997; el Acuerdo Comercial entre Colombia y Marruecos, de junio de 1995; el Acuerdo de Cooperación Técnica y Científica, de octubre de 1992 y, el Acuerdo Cultural, de diciembre de 1991.

El objetivo de reabrir la Embajada de Colombia en Rabat, es el de estrechar las relaciones políticas con el Gobierno marroquí a nivel bilateral y multilateral y fortalecer la presencia institucional de Colombia en el África magrebí para lograr un mayor acercamiento a la región.


Igualmente, Marruecos fue uno de los primeros países en apoyar el proceso de paz en curso en Colombia.

En Red Más Noticias, Día - Tv

https://www.youtube.com/watch?v=VHrFRlugU-k


¿A dónde van sus hijos cuando salen a navegar?

Fuente: http://www.elheraldo.co/tecnologia/la-delgada-linea-entre-la-intimidad-y-la-seguridad-210537
Al respecto, Hernán Alejandro Olano, abogado constitucionalista y profesor de Derecho Público de la Universidad de La Sabana, asegura que la decisión no vulnera ningún derecho, toda vez que la guarda de los menores y la procura del bienestar de los mismos, de su protección, de acuerdo con el Código de Infancia y Adolescencia les corresponde a quienes son titulares de la patria potestad.
“El fallo es una alerta para que los padres sepan los peligros que corren sus hijos al tener libre acceso a las tecnologías (...) de hecho, el código los castiga en dado caso que se presente falta de cuidado de los menores, incluso hasta el derecho al amor que fue creado por la Corte. Por estas y otras faltas los padres pueden perder la patria potestad”, argumenta el experto.